Hacia una escuela diferente. CONVERSATORIOS ESTUDIANTILES.

Lic. Mirta Iwan
Miembro de la Asociación Civil FORUM INFANCIAS

 

“TODO LO QUE REALMENTE NECESITABA SABER LO APRENDI EN EL JARDIN DE INFANTES” Robert Fulghum

Todo lo que realmente necesitaba saber acerca de cómo vivir, qué hacer y cómo ser lo aprendí en el Jardín de Infantes. La sabiduría no estaba en la cima de la montaña de la carrera educativa, sino allí, en el arenero del jardín.

Estas son las cosas que aprendí:
Compártelo todo.
Juega limpio.
No le pegues a la gente.
Vuelve a poner las cosas donde las encontraste.
Limpia siempre lo que ensucies.
Pide perdón cuando lastimes a alguien.
Lávate las manos antes de comer.
Sonrójate.
¡Las galletas tibiecitas y la leche fría son excelentes!!
Vive una vida equilibrada.
Aprende algo y piensa en algo.
Dibuja, pinta, canta, baila, juega y trabaja cada día un poco.
Duerme la siesta.
Cuando salgas al mundo, ten cuidado con el tráfico.
Tómate de las manos y no te alejes.
Permanece atento a lo maravilloso.
Recuerda la pequeña semilla en el vaso: las raíces bajan y la planta sube y nadie sabe realmente cómo, ni por qué, pero todos somos así.
Los peces de colores, los ratones blancos e incluso la pequeña semilla del vaso, todos mueren y nosotros también.
Recuerdo una de las primeras palabras que me enseñaron, una muy grande: MIRA.
Todo lo que necesitaba saber estaba allí, en alguna parte del jardín de infantes. La regla de oro, el amor y la higiene básica. La ecología y la política, la igualdad y la vida sana.
Toma cualquiera de esos ítems y tradúcelo en términos adultos, sofisticados, para aplicarlos a tu vida familiar o a tu trabajo, a tu gobierno o a tu mundo y se mantendrá verdadero, claro y firme.
Y aún sigue siendo verdad, no importa cuán grande seas, “que al salir al mundo es mejor tomarse de las manos y no alejarse demasiado»”.

 

Durante el año 2020, fuimos sacudidos por una pandemia que resultó catastrófica. Ocasionada por un virus invisible al ojo humano, que además muta y se reproduce incansablemente, tuvimos que aislarnos en nuestras casas para protegernos. Casi todo lo que nos nutría afectivamente hasta ese momento, abrazos, caricias, encuentros con otros, se volvió peligroso. Y también la escuela como espacio de encuentro para socializar, para hacer lazos cara a cara poniendo el cuerpo, se vio alterada en sus rutinas. Este cambio disruptivo dejo a la luz una gran desigualdad entre aquellos estudiantes que disponiendo de dispositivos tecnológicos pudieron reconstruir el lazo educativo a través de las pantallas y los que perdieron el vínculo pedagógico por falta de conectividad.

Reunidos en Conversatorios, los docentes de nivel medio, durante todo el 2020, pudieron visualizar que ese riesgo de desvinculación de los adolescentes con la escuela ya había sido observado mucho antes de la pandemia.

Una serie de conflictos de difícil resolución sin las necesarias prácticas de cuidado y prevención que permitiesen evitarlas, llevaron al sistema educativo a una crisis que precedió a la peste por el Covid 19.
La escuela, considerada el lugar del saber, parecía quedarse sin respuesta ante el alto grado de repitencia en las aulas, como antesala del abandono escolar.

¿Los estudiantes abandonaban la escuela o la escuela los abandonaba?
Como consecuencia de una falta de acciones cotidianas que llevaran al adolescente a sentirse perteneciente a un grupo y a una institución que ”lo busca si se pierde”, se continuó acrecentando este fenómeno de exclusión originado en múltiples factores de orden social, político y económico.
En este sentido, es fundamental que las instituciones educativas despierten en el estudiante el deseo de seguir perteneciendo a su escuela, a su grupo de pares, desarrollando acciones educativas de enlace social que favorezcan la relación con los otros, evitando el silencio y el aislamiento de los alumnos más vulnerables.

Nos encontramos iniciando el 2021, frente a muchas pérdidas y al mismo tiempo este fenómeno representa sin duda, un cambio que revela inmensas potencialidades. Se trata de abrir el campo de las iniciativas e invitar a los adolescentes y jóvenes a participar activamente en la creación de una nueva forma de transitar la escuela de Enseñanza Media. Esto significa que estaremos facilitando a los estudiantes, el desarrollo de su propia inventiva y que utilicen los recursos de su creatividad constitutiva.

A su vez, debemos abrirles la posibilidad de asumir una responsabilidad de cuidado de sí mismo y del espacio escolar que les pertenece. Son los mismos estudiantes los que descubrirán en la incertidumbre las semillas de una escuela diferente. Sabemos que educar es un trabajo de cuidado, que invita a pensar las relaciones humanas al servicio del bienestar del otro, sobre todo en el caso de las Escuelas Secundarias donde la relación del adolescente hacia el adulto es asimétrica y por lo tanto de dependencia hacia al ser más maduro y más formado que es el docente.

La escuela cumple un rol subjetivante e influye en su formación como persona. El profesor tiene la responsabilidad de cuidar y el adolescente necesita sentirse cuidado. En las prácticas cotidianas de las aulas podemos observar que los jóvenes con ausentismo reiterado y con una trayectoria educativa discontinua, son los que requieren más miradas, más seguimiento, más escucha. Como docentes deberíamos procurar que vengan a la escuela a pasar buenos momentos. . Para lo cual debemos pensar en la deconstrucción de ciertos paradigmas pedagógicos como el reflejado en la siguiente viñeta:

De pronto, entra la profesora del curso, a un aula de primer año de escuela secundaria y observa que los chicos y chicas están hablando a los gritos y moviéndose de un lado al otro del salón. Se escuchan risas y carcajadas a viva voz. La docente, fastidiada por tanto bullicio, se para en el frente formulando la siguiente pregunta al conjunto de estudiantes:
– ¿Perdón, ustedes a que vienen a la escuela? ¿A reírse?
-No, no es así¡ están muy equivocados¡
-La escuela secundaria es cosa seria.
A continuación de esta intervención de la profesora, se produjo un silencio absoluto en el aula.

EL CLIMA AFECTIVO INSTITUCIONAL.
Según el Diseño Curricular de la Educación Inicial, uno de los objetivos fundamentales del nivel es la socialización de los educandos, promoviendo al mismo tiempo la pertenencia a la comunidad local y nacional. Proceso que sabemos continúa a lo largo de toda la trayectoria escolar del estudiante. Los docentes por lo tanto tienen que crear las condiciones necesarias para que los niños puedan hablar y escuchar en razón de los propósitos comunicativos más diversos: afirmar el yo y vincularse con otros en círculos cada vez más amplios de relaciones, intercambiar informaciones y conocimientos, recibir y dar indicaciones, ordenar , respetar consignas de trabajo, crear y recrear el mundo en sus propios términos, tomar contacto con el mundo de la ficción, vivir las emociones de un cuento o relato. También forma parte de los Propósitos de este Nivel Inicial, el ofrecer múltiples y variadas situaciones de intercambios orales donde los chicos y chicas ,descubran el sentido de tomar la palabra y escuchar al otro… Buenos ejemplos de acciones que tienden a favorecer la inclusión escolar.

Considero pertinente hacer esta comparación porque debemos recuperar la palabra en la escuela secundaria. Los adolescentes de hoy en la vida cotidiana van perdiendo progresivamente el contacto con la palabra.
Es de vital importancia, crear un clima de confianza donde los adolescentes puedan conversar a cerca de acontecimientos que han tenido lugar en sus casas, en el barrio, manifestar sus” amores” y sus “odios” dando sus razones personales, y pueden también intentar resolver los conflictos planteados, las agresiones, estableciendo condiciones para mejorar las experiencias futuras. El docente puede acompañar ayudando en la resolución de conflictos. En encuentros entre pares adolescentes dentro de la institución escolar, ellos y ellas, pueden reflexionar acerca de algún evento, argumentar presentando algunos fundamentos a cerca de la posición adoptada, sacando algunas conclusiones. Así también, pueden construir distintos tipos de relaciones al mismo tiempo que van enriqueciendo su potencial a través del lenguaje que usan. Debemos tener en cuenta que los adolescentes van a hablar sobre temas de los cuales tienen realmente cosas para decir, no se los puede presionar a hablar ni a escuchar a cerca de lo que no despierta mínimamente su interés.

La escuela tiene que permitir que el estudiante sea un miembro activo de una comunidad de hablantes y asumir el derecho a la palabra. Hablar, escuchar y ser escuchado. Generar espacios de intercambio, facilita un clima diferente en el aula. Esto hace que entre los mismos compañeros pueda aparecer la solidaridad el acompañamiento, la comprensión y la escucha. Si al momento de la entrada a clase, el estudiante se siente bien recibido, es muy probable que se perciba integrado a su institución escolar. En un encuentro confiable, cordial, con la tutora y sus compañeros, se despertara en esos adolescentes el sentimiento de pertenencia a un grupo y también se acrecentarán sus deseos de ir a la escuela. Es fundamental establecer un clima de confianza para que los estudiantes puedan hablar sin condicionamientos, expresar sus necesidades, sus emociones, sus intereses, sus opiniones, sin temor al rechazo ni a la burla. En síntesis, la escuela debe facilitar la interacción en contextos interpersonales y ayudar al estudiante a manifestarse e involucrarse con otras personas.

Cuando la escuela propicia espacios de confianza entre profesores y estudiantes se generan expresiones y deseos de los jóvenes que antes permanecían silenciadas. De esa forma al favorecer el dialogo y la escucha le abrimos al joven la posibilidad de plantear sus problemas a personas adultas que lo pueden orientar.

LA INSTITUCIONALIZACIÓN DEL CONVERSATORIO ESTUDIANTIL.
También se puede identificar con el nombre de “Grupo de intercambio” “Encuentro del yo te escucho “o como elijamos llamarle, al espacio curricular regular visto por muchos como una tarea compleja pero necesaria. El desafío consiste en lograr que los jóvenes los conciban como una experiencia que los beneficia.

Se torna imprescindible para cumplir con este objetivo, redistribuir el tiempo dentro de la jornada escolar. Se necesita hacer pausa. Se necesita escuchar. Desarrollar estrategias creativas por parte de los docentes junto con los alumnos para la consolidación de este proyecto educativo, requiere de un tiempo no fragmentado contra reloj.

Nos preguntamos:
¿Cómo afianzar lazos de amistad con la vida social y comunitaria?
El encuentro en la escuela incluye una dimensión afectiva. Algunos docentes sostienen que tienen que mantener distancia para sostener su autoridad. Por el contrario podemos afirmar que esos encuentros “neutrales” desafectivizados no producen el cuantum de placer necesario para que el desierto se transforme en jardín florido.
¿Con distancia afectiva y sin palabras puede despertarse el deseo de volver a la escuela mañana?
Sin duda alguna, la experiencia del placer es condición inaugural necesaria como soporte del trabajo de aprendizaje que se realiza. El trabajo de la enseñanza y el aprendizaje que se brinda en las escuelas, no debería acontecer en un cúmulo de palabras despojadas de valor afectivo. Para que se instale la inclusión de los jóvenes a la escuela, y sientan deseo de volver los que se cayeron del sistema, se requiere la presencia de un docente que se encuentre fuertemente comprometido con el proceso singular subjetivante de cada encuentro maestro-alumno. Encuentro en el cual la palabra y el pensamiento del joven alumno y de su profesor, sean puestos en valor, por la sociedad, en su conjunto.

EL PLACER POR EL CONOCIMIENTO.
Nos oponemos a cualquier posición enciclopedista del Aprendizaje, reivindicando a Piaget en su concepción de este proceso, a través de la experiencia.
W. R. Bion también rescata el valor de la experiencia en el aprendizaje y considera al ser humano como un animal esencialmente gregario o político. Incapaz de existir sin grupos, ni siquiera sin el grupo al que afirma no pertenecer. El adulto debe establecer contacto con la vida emocional del grupo en que vive, esta tarea parecería ser tan formidable para el adulto como la relación con el pecho para el infante.
Sumamos los aportes de Vigotsky sobre el valor del entorno social, así también como la importancia del lenguaje. Vigotsky destacó la función del lenguaje como instrumento para construir el Aprendizaje. Afirmamos que se aprende con otros, no pudiendo desconocer la función del deseo, como motor. Deseo, que ira dando luz a un ser humano que trae una historia.
A su vez, consideramos la importancia de lograr una integración entre el Psicoanálisis, con la teoría del deseo por un lado y las teorías de la inteligencia y del conocimiento por otro. Propiciar el dialogo y el debate en el aula, significa trabajar directamente sobre el potencial que el alumno trae.

Existe una interrelación entre el desarrollo del lenguaje y el pensamiento. Hay una interconexión entre el lenguaje oral y el desarrollo de los conceptos abstractos. Tradicionalmente el aprendizaje fue considerado como un producto, algo terminado y estático En cambio, según Pichón Riviere, psicoanalista, quien desarrolló la teoría de la Psicología Social en nuestro país, se aprende a través de una práctica e interacción con el otro. El considera al sujeto inserto en un sistema vincular.
«Así, conceptualiza el interjuego entre necesidad y satisfacción, entre causas internas y externas que operan en la constitución de un sujeto en términos de dialécticas entre el sujeto y la trama vincular, en que las necesidades cumplen su destino, gratificándose o frustrándose.» («La Concepción del Sujeto en la Obra de Pichón Riviere.» Ana P. de Quiroga).
Miremos atentamente nuestros ambientes escolares de enseñanza media y observaremos cierta estereotipia. El esquema que impera es el de «pregunta, respuesta y evaluación». Hemos dado prioridad al nivel teórico de los contenidos: se conoce la definición de comunicación, de democracia, de participación pero sin llevarla a la práctica. Sabemos que la escuela es el ámbito público adecuado para aprender la realidad que esta fuera del ámbito familiar.

Según el sociólogo francés Emilio Durkheim, la institución Escuela se ocupa de la transmisión cultural de las generaciones adultas a las jóvenes. Agrega que educar es el medio por el cual se prepara en el corazón de los jóvenes, las condiciones esenciales de su propia existencia.
…»Entonces, la Escuela representa un mundo de significados donde cada estudiante se reconoce, construye referencias simbólicas y espaciales, y reconoce a los otros, que conforman un territorio simbólico atravesado por lo histórico-social, las historias personales y de las comunidades, historias que tienen que ser alojadas como condición para la construcción del lazo social»…
(Políticas de cuidado en la Escuela. Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires).

La acción pedagógica en la Escuela Media debe replantearse la creación de vínculos entre docentes y estudiantes, entre docentes entre sí, entre docentes y familias acompañándose mutuamente para constituirse en la Escuela de preparación para la Vida. Revalorizando el tiempo dedicado a la Conversación, para ir creando lazos de familiaridad y bienestar.
Dar lugar en tiempos y espacios escolares, a los sentimientos de intimidad y de cercanía en la vida cotidiana, entre los distintos participantes institucionales Con el objetivo de lograr el crecimiento y bienestar, en el aprendizaje de los estudiantes y en el trabajo de los docentes,
Una escuela abierta al territorio.
Generalmente, las instituciones de cada nivel, están encerradas en sí mismas, cada una con su modalidad de trabajo. El propósito de este escrito es reconocer que el Nivel Inicial, el más joven en la historia de la Educación adapto nuevas orientaciones curriculares, que le permitieron llevar adelante, un proceso profundo de integración.
Es hora de dejar de lado los prejuicios y tomar conocimiento de algunas prácticas del Nivel Inicial sumamente eficaces, para facilitar la inclusión del educando a la institución escolar, previniendo la exclusión.
…“Es abierta una escuela dispuesta tanto a activar una amplia y continua interacción social con el ambiente externo, como a lograr un clima de amplia socialización interna: a favor de los niños y niñas, y a favor de los operadores escolares”… P. Bertolini F. Frabboni. Nuevas orientaciones para el currículum de la Educación Infantil. Barcelona. Paidós. 1990



BIBLIOGRAFIA:

Catz, Hilda y Colaboradores. (2020). «La Pandemia y después una mirada Psicoanalítica». Buenos Aires. Ricardo Vergara Ediciones.

Tewel, Carlos (compilador). (2020). «Crisis en las parentalidades.». Buenos Aires. Ricardo Vergara Ediciones.

Pichon-Rivière, Enrique. (1985). «El proceso grupal. Del Psicoanálisis a la Psicología Social.». Buenos Aires. Ediciones Nueva Visión.

Furth, Hans. (1974). «Las ideas de Piaget. Su aplicación en el aula.». Buenos Aires. Editorial Kapelusz.

«Diseño Curricular para la Educación Inicial. Marco General.». (2000). Editorial Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Secretaria de Educación. Dirección General de Planeamiento. Dirección de Currícula.

Bion, W.R. 2006.»Volviendo a pensar». Buenos Aires. Ediciones Horme.