La muerte de un niño, en un mundo de adultos sin tiempo¿Qué puede hacer el docente?
Los niños necesitan tiempo de alguien que responda sus preguntas mientras avanzan en su constitución subjetiva y el docente posee un lugar de privilegio.




Éste es un llamado a reflexionar sobre la forma en que tratamos a los niños en la sociedad contemporánea y a encontrar maneras de preservar su subjetividad en medio de un estado permanente de falta de tiempo como marca epocal (Lebovic, 2019).
¿Qué dice el actual Diseño Curricular para Educación Inicial de la provincia de La Rioja en torno a eso? Aparece la concepción sobre el uso del tiempo de manera situada respetando procesos personales y colectivos, expresando que “el docente tiene una suerte de potestad de su uso para organizarlo, regular y administrarlo” (p.74). Por su parte declara que “es necesario pensar en una relación intrínseca entre la díada: cuidar y enseñar” (p.38). Los conceptos del cuidado y del tiempo están delineados, al menos desde los documentos. El docente tiene un fundamento claro al momento de la toma de decisiones. Sin embargo, la falta de tiempo nos atraviesa a todos y la escuela no está exenta de esas lógicas. Hay una preocupación por ser eficiente y productivo. Tan fuerte es ese signo social distintivo que, en un grupo de sala de cuatro años, donde ha fallecido una compañerita, se regresa a clases y se sigue con la programación y dictado de los temas previstos antes del suceso. Sin analizar nada junto a los niños, sin poner en palabras, sin tiempo para las preguntas y las posibles respuestas, sin tiempo para explicar sobre ese banco vacío en un grupo de compañeros que nunca tuvo que pensar en los sentidos de la muerte. Sin considerar los sentires de los estudiantes ni de los docentes. Entonces lo que la mayoría de las personas podemos catalogar como una de las peores tragedias, la muerte de un niño, queda absorbida por la “urgencia” de dictar clases y seguir con los temas.
Cavagnaro (2023) propone: “poder pensar las infancias de hoy apuradas por la vertiginosidad de los tiempos de un mundo sin tiempos, ni procesos, es fundamental teniendo en cuenta el entramado e intersección entre construcción psíquica, subjetividad, corporeidad”. Por su parte, Sebastián Soto-Lafoy (2021) resalta al grupo social como un campo donde se produce subjetividad. Es entonces el grupo social de la escuela un espacio privilegiado donde los estudiantes van a construir ciertas ideas, incluso del silencio y del no evento que produce no hablar del tema del fallecimiento de una compañera.
La contradicción entre los ideales propuestos en el diseño curricular y lo que sucede en las prácticas, abre una necesidad emergente de reflexión en torno al rol docente y de la escuela sobre el cuidado y preservación de la subjetividad de los niños. Hay un ejercicio que debiéramos hacer y como lo expresa Bálsamo (2022) es un “aspecto ético de cualquier práctica con otros” (p.1): el de pensar nuestra óptica de trabajo desde la cual miramos para intervenir en la labor diaria. En nuestro caso como docentes junto a estudiantes, en lo cotidiano, pensar desde dónde nos ubicamos en ese lazo docente-estudiante. Es decir que debemos necesariamente considerar una posición que nos dé la oportunidad de tomar decisiones fundadas o al menos que nos brinde la guía necesaria. Cuánto más aún si se trata del trabajo como docentes a cargo de un grupo de pequeños de 4 años, por quienes intervenimos tan tempranamente los adultos, ejerciendo una función subjetivante.
En la infancia nos encontramos ante la presencia de un desamparo subjetivo por varias razones, entre ellas la necesidad de simbolizar y metabolizar las situaciones que irrumpen desde el exterior (Zelmanovich, 2016) y aunque en el texto referenciado se relaciona ésta dimensión sobretodo con las violencias exógenas, considero que aquí vale también la situación de la muerte como algo que sin dudas expone a la infancia a un desamparo subjetivo. Trae a la escena del aula una serie de sentimientos que atraviesan no sólo a los niños, sino también (y quizás en mayor medida) a los docentes. La diferencia está en el lugar que el adulto ocupa, siendo responsable de proveer significación al hecho. El docente, atravesado por su propio dolor, pero con una asimetría necesaria que lo pone en lugar desde el cual podría alojar ese dolor y esos sentimientos nuevos de los pequeños. Esa tristeza, esos miedos, esas dudas, esa incertidumbre requieren de una mediación que provea de significación al hecho. Se puede hacer una diferencia entre rol y función. Habitualmente el rol docente está más relacionado a situaciones menos angustiantes, sin embargo, a veces toca, dice Zelmanovich (2022) “considerar por la vía de la función los roles que tenemos asignados” (p.5). Es decir que hay un lugar de docente más allá del rol asignado, que es una función que ampara en la contingencia de lo desconocido. Algo emerge de repente en la escuela, algo inesperado para todos, tanto niños como adultos y crea una nueva necesidad, que antes no existía. Se trata de una función subjetivante, que requiere de un adulto disponible mirando detenidamente hacia esos niños. Puede aparecer automáticamente el rol que indica seguir dando clases para continuar con la currícula o puede aparecer una función nueva que intente dar lugar a otras necesidades que de momento no son aprender nociones espaciales, pre numéricas o lenguaje. Se trata de intentar comprender los sentimientos que ha desatado la tragedia en cada uno de ellos.
“Muchos de los chicos y chicas que tenemos en nuestras instituciones no cuentan con alguien que pueda sostener la función a partir del rol que tiene asignado” (Zelmanovich, 2022). En ciertos casos, algunos de los niños desconocían la verdad detrás de la falta de esa compañera ya que sus padres les habían dicho que se fue de viaje, pero, al llegar a la escuela otros compañeros que sí sabían del fallecimiento los pusieron al tanto. Otros habían recibido explicaciones vinculadas a creencias religiosas y otras familias les transmitieron por ejemplo que la niña ahora se había convertido en una estrella que brilla desde el cielo. Zelmanovich (2022) dice que en la escuela hay espacio para tejer una malla (o red protectora) que alberga significados para entender la realidad “(…) porque cuenta con contenidos de la cultura que están en el corazón y en la razón de ser del oficio de educar, pero a condición de que los adultos que la habitan asuman esa función de reconocerse como responsables de ese más allá de la enseñanza” (p.7).
En éste caso, la docente puede desplegar sus propias creencias sobre la muerte, o sobre la muerte a tan temprana edad y al sumar y traer a consideración lo que cada familia transmitió a sus hijos sobre el tema, se tejen hilos del significado “muerte”. Es así que la cultura ha ingresado al aula con sus múltiples facetas. De forma variada, cada adulto que intervino, es decir, los padres por su lado o la docente por el suyo muestran inconscientemente el lugar que ocupa esa infancia y la variada manera de enfrentar una verdad ineludible (que la niña ha fallecido) los presenta en sus divergentes funciones del Otro como cuidador de lo simbólico de esa infancia.
En general, en nuestra cultura al menos, no estamos preparados para comprender la muerte de un niño, por lo tanto, es posible que la confusión aparezca también en los adultos de la escuela, con una sensación de impotencia que no será fácil de evitar. Pero, existe una asimetría necesaria entre el dolor o la insatisfacción que podrán transitar los adultos y la situación de los pequeños. En el texto de Lajonquiere (2011) encontramos un concepto que nos permite pensar al docente en el “discurrir pedagógico”, es decir en el momento en que el tema llega al aula y que no da lugar a grandes preparativos o para dejar todos los interrogantes con respuestas. Además, no es algo a lo que la docente podrá dar una contestación que quite el dolor o que deje un cierre definitivo, acabado sobre la cuestión. El mismo autor nos habla de “ilusiones pedagógicas”, expresión que nos permite aquí decir que no será en la escuela donde todo el tema de la muerte se comprenda, sino que al menos es un lugar que tiene la posibilidad que otros no tienen, de la escucha de un adulto diferente a la familia, de la reflexión grupal, de la elaboración y del compartir.
Será un verdadero ejercicio docente considerar lo que no se pudo hacer el instante en que la situación irrumpió en el aula o los días posteriores inmediatos, es decir en el discurrir pedagógico. Pero será un análisis que se hace después, pasado el emergente, para poder planear intervenciones. Por ejemplo, tomando a Bálsamo (2022) como guía, desde su mirada psicoanalítica ella expresa que se puede “escuchar y alojar los relatos e interrogantes en su singularidad” (p.1) y crear acciones que pueden ayudar. Si bien esas acciones están enfocadas en la temática de la discapacidad, aquí las considero sobre la situación de “alojar el escenario de muerte de una compañera en el aula”. Se propone:
- Poner en duda aquellos conceptos totales, que se presentan como discurso de verdad: entonces las ideas que cada niño puede aportar (las propias o las que cada familia les haya transmitido) serán consideradas valiosas.
- Cuestionar el asunto como algo individual (o de la familia) y apuntar a la experiencias políticas colectivas: donde la escuela también cumple una función incluso para acompañar a esa familia.
- Asumir la diferencia como algo constitutivo del sujeto: así validar cada punto de vista del tema.
En cada escuela y en cada aula hay situaciones que requieren de tiempos y de planeaciones menos convencionales, pero igualmente necesarias, que sin ánimos de dar respuesta absoluta a todo, puedan hacer uso del campo escolar acompañando a las infancias de la manera más sólida posible. En esta escuela la docente decidió buscar información en internet y pasadas algunas semanas realizó una actividad: crear un panel con fotos de la pequeña. Se reunió con los niños alrededor del panel, conversaron, y aunque ella como adulta estaba llena de dudas, angustias y miedos, sobre qué irían a preguntar los pequeños empezaron a surgir explicaciones de su parte: – cuando las personas se enferman los doctores pueden curarlas pero a veces no hay cura. En ocasiones, los niños pasan cerca del panel y lo miran, hablan, lloran, se retoma el tema e incluso se envían fotos a la familia en duelo para comentar cómo los niños van trabajando dicho acontecimiento, conversando entre todos que está muy bien sentir tristeza y extrañar. Una mamá de la sala tuvo la idea de que los niños hicieran dibujos, los cuales fueron recopilados por la docente y entregados a la familia de la niña y se fue armando esa trama colectiva.
Lebovic (2023) advierte que:
“(…) todas las épocas han producido una idea de infancia y de sujeto. La posmodernidad promueve una idea de sujeto: eficaz, eficiente, productivo, hiperactivo, emprendedor, autosuficiente, autogestivo. Alguien que debe adaptarse a los ritmos vertiginosos, reponerse rápido de las pérdidas, no sentir, no parar.”
Por ese ritmo que la escuela va asumiendo el lunes siguiente a la muerte las clases avanzaron como cualquier día. Reponerse rápido fue una premisa para todos: niños y adultos. Pero, hay un lugar de docente más allá del rol asignado, y para éste caso la de adulto subjetivante ante el tema de la muerte, lo cual implicó hacer tiempo, una pausa y comenzar a expresar todo lo que cada uno va atravesando: sean palabras, sean llantos, sea la necesidad de detenerse a ver las fotos de la niña, sea mandar un dibujo a la familia para seguir acompañando, etc.
No será en la escuela (o la docente) donde todo el tema de la muerte se comprenda, sino que al menos es un lugar que tiene la posibilidad que otros no tienen, y por eso resalto algunos aspectos en la intervención de la docente: los niños supieron que la muerte no es un tema del que no se habla, que hay momentos donde se puede llorar, estar triste y nos acompañamos. Aprendieron eso juntos, con una docente que hizo uso del campo escolar y del tiempo escolar acompañando a las infancias.

Bibliografía
- Bálsamo, V. (2022) La constitución de autonomías entre hijos y padres en contextos de discapacidad. Revista Actualidad Psicológica (2022 páginas 16 a 19) Disponible en https://campus.undec.edu.ar/archivos/_5248/AP_-_DISCAPACIDAD-16-19.pdf?id_curso=5248 Consultado el 13-10-2024
- Cavagnaro, C. (2023) Infancias Apuradas. Publicación La Usina del Forum. Diciembre 2023. Disponible en https://foruminfancias.com.ar/infancias-apuradas/2/ Consultado el 02-10-2024.
- Diseño Curricular para Educación Inicial de la provincia de La Rioja (2015)
- Lajonquiere, L. (2011) El psicoanálisis en la educación. Un recorrido posible. Revista de Educación. (2011 páginas 193 a 204) Disponible en https://campus.undec.edu.ar/archivos/_5248/ElpsicoanalisisEducacion.pdf?id_curso=5248 Consultado el 28-10-2024
- Lebovic. A. (2019) Cuando el mapa no es el territorio. De la Patologización a la subjetivación. Revista de psicoanálisis con niños y adolescentes “Complicaciones y consecuencias del diagnóstico de TEA”. Vol. 21, N°1. 2019.
- Lebovic. A. (2023) Ser niño en tiempos de etiquetas. Disponible en https://foruminfancias.com.ar/ser-nino-en-tiempos-de-etiquetas/?fbclid=PAAaYdBmlt05taYcgSUKhYkWBsZ9-RCNUz5O0RZmYf_UBea-A2Sp2hnuEzoP0 Consultado el 28-10-2024
- Leliwa, S y Scangarello, I (2015) Psicología y educación. Editorial Brujas, Córdoba – Argentina
- Rozenfeld, N. (2023) Límites o castigos. Revista Actualidad Psicológica (2023 páginas 2 a 5) Disponible en https://campus.undec.edu.ar/archivos/_5248/limitesyCastigos-2-5.pdf?id_curso=5248 Consultado el 28-10-2024
Soto- Lafoy, S. (2021) Perspectivas críticas en torno a la psicología del desarrollo: la subjetividad infantil y lo social. Julio 2021. Disponible en https://www.elsigma.com/columnas/perspectivas-criticas-en-torno-a-la-psicologia-del-desarrollo-la-subjetividad-infantil-y-lo-social/14015 Consultado el 28-10-2024
Urbano, C. y Yuni, J. (2005) Psicología del desarrollo. Enfoques y perspectivas del Curso Vital. Parte 2: El proceso de constitución subjetiva. Editorial Brujas. 2005.
Zelmanovich, P. (2016) Infancia y violencia: escenas de un drama. Disponible en https://www.tramayfondo.com/actividades/viii-congreso/conferencias/zelmanovich_hacer-inexistir-violencia-instituciones.pdf Consultado el 28-10-2024
