La pedagogía Reggiana, nacida en Reggio Emilia, Italia, en 1945 sigue teniendo mucho para decir
El niño tiene 100 lenguajes, pero los adultos les arrebatamos 99 porque les decimos todo el rato lo que tienen que hacer o como deben actuar. Les quitamos las posibilidades de ser ellos mismos y gracias a los recursos del arte, el niño puede hablarnos…”
Devenir niño es la potencia creadora en la subjetividad de reencontrar una infancia como lugar de la invención, fábrica de la sensibilidad creadora, manantial de posibles.”
Vivimos en un mundo que se desarrolla tecnológicamente de manera vertiginosa, con la misma velocidad con la que se va deshumanizando y en el que las máquinas nos piden que comprobemos que no somos un robot.
Parecería que marchamos hacia la autodestrucción, alimentados por comidas tóxicas, expuestxs a noticias falsas y a expresiones de odio que clausuran cualquier intento de conversación, entre otras calamidades como las guerras, el hambre o la riqueza desmedida.
En este mundo de perplejidades, que se caracteriza cada vez más por el individualismo, en el que las condiciones de existencia se van extremando desde la abundancia a la pobreza o a la indigencia, quizás dependa de nuestra capacidad para seguir sosteniendo un nosotros que persista en construir comunidad, redes que nos amparen y nos permitan conservar nuestra esencia, sin resignar valores éticos, reconociéndonos como una parte de la naturaleza toda y no como una especie que se apropia de las demás a cualquier costo.
En dicho contexto el viaje a Barcelona fue un bálsamo de esperanza, un descubrimiento, al conocer realidades y proyectos educativos que de hecho son posibles en muchos lugares de la Tierra, lo cual me llevó a la necesidad de compartir la experiencia, para contribuir de algún modo a que se siga difundiendo y expandiendo.
Barcelona 2024 – Viaje coordinado por la Prof. María Victoria Alfieri, representante de la Red Solare Argentina, Directora General del Colegio Aletheia.
Una experiencia de exploración y de encuentro con la Red Solare, una pedagogía respetuosa de las infancias y adolescencias, abierta a la comunidad.
Los orígenes
La pedagogía Reggiana nació en Italia, después de la Segunda Guerra Mundial, en un pequeño pueblo que le dio su nombre.
Se trata de una propuesta educativa cuyo referente principal fue el pedagogo Loris Malaguzzi. Tras la guerra lxs habitantes de la región de Reggio Emilia decidieron reconstruir su entorno y cambiar los valores que llevaron a la humanidad a la guerra.
Malaguzzi fue invitado a participar como consultor del proyecto y quedó impresionado al ver a lxs maestrxs y a las familias recolectando materiales para construir una escuela.
La pedagogía Reggiana se basa en la idea de que todxs tenemos un potencial único.
Este enfoque promueve el desarrollo integral y considera a lxs niñxs y a lxs adolescentes como protagonistas de sus procesos de aprendizaje a través de la experimentación y de la observación en conexión con su ambiente.
Asimismo ubica al docente como guía que facilita y potencia los aprendizajes significativos y se ocupa de acompañar, orientar y documentar los procesos de desarrollo particulares de cada niñx y de su grupo, evaluando tanto los progresos como las dificultades, dándoles el tiempo y los recursos para superarlas.
A la vez considera fundamental al espacio que invita a lxs docentes a la reflexión para propiciar en cada lugar el trabajo en equipo y la autonomía progresiva, siendo también un valor que estimula y genera atmósferas participativas.
Del mismo modo es fundamental el rol activo de las familias y de la comunidad que participan en colaboración con lxs educadorxs.
La pedagogía Reggiana es mucho más que una metodología o una propuesta de enseñanza, es una filosofía, un modo de mirar y de pensar la educación, las infancias y las adolescencias como sujetos de derecho, que aprenden desde los cien lenguajes y que crecen en relación con los demás desde el respeto por la singularidad, en un entorno común y compartido, de mutua colaboración, cuidado y entendimiento.
Los fundadores de la Red fueron el Municipio de Reggio Emilia en Italia, North América Reggio Emilia Alliance (NAREA) en Estados Unidos, Reggio Emilia Institutet en Suecia y Red Solare en Argentina.
En el 2005 nace la Red Solare latinoamericana la que surgió en un encuentro de pedagogos en la ciudad de México con el objetivo de divulgar la propuesta educativa de Reggio Emilia en el continente, particularmente en México, Perú y Paraguay.
Como resultado del interés que despertó la propuesta reggiana, la Red se fue expandiendo por el mundo sumándose Colombia, Brasil, Costa Rica, Chile, Ecuador, Uruguay, Colombia, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Noruega, Austria, Bulgaria, Países Bajos, Reino Unido, República de Irlanda, España, Australia, Corea del Sur, India, Israel, Japón, Nueva Zelanda, Singapur, China y Sudáfrica.
Actualmente es una comunidad internacional, diversa de educadores y de familias de diferentes culturas, formuladores de políticas educativas que trabajan por elevar la calidad de la educación, de las escuelas y de la vida.
Se centran en la gestión compartida, democrática y en el respeto a lxs niñxs como ciudadanxs con derechos, en procura de potenciar las sinergias lingüísticas, culturales y geográficas entre los países.
Asimismo la Red se propone transformar la cultura de la infancia y la práctica docente para fomentar una sociedad ética, inclusiva en el más amplio sentido de la palabra, equitativa y pacífica.
El trabajo en las escuelas que conforman la Red se apoya en los “Cien lenguajes del niñx”, tal como la pintura, la escultura, las actividades sensoriales, la música, la danza, la literatura, entre muchos otros lenguajes.
No se trata de un modelo educativo estructurado, como lo son los enfoques Waldorf o Montessori, con métodos definidos dado que lxs educadorxs de Reggio Emilia se nutren de diferentes corrientes teóricas y hablan de una experiencia en evolución, percibiéndose a sí mismxs como promotores y punto de referencia para el diálogo, a partir de una visión de las infancias en relación a cada entorno y a sus recursos.
Malaguzzi señaló “Debemos dejar que los niños sean niños. Ellos aprenden muchísimo de sus pares, y los adultos aprenden de los niños estando con ellos. Los niños aman aprender entre ellos y aprenden cosas que no serían posibles de aprender solamente de las interacciones con los adultos”.
La primera de las experiencias
El placer de aprender, de saber y de comprender es uno de los sentimientos más importantes y básicos que todo niño espera de las experiencias que afronta solo, con otros niños o con adultos. Es un sentimiento crucial que debe reforzarse para que el placer sobreviva incluso cuando la realidad pueda demostrar que aprender, saber y comprender implica dificultad y esfuerzo. Es precisamente en esta capacidad de supervivencia que el placer se transforma en alegría pura."
Visita a la “Escuela” del Bosque
Nos recibió Heike Freire, filosofa, psicóloga, pedagoga y creadora de la Pedagogía verde, considerada una referente internacional en educación con la naturaleza. No existe en el bosque un “edificio” escuela, sino que todo el territorio es una escuela, una comunidad de aprendizaje, una red colaborativa.
Bucear el bosque
“No hay una puerta, ya estás adentro, decía Borges refiriéndose al laberinto”.
Si buceamos en un bosque, si logramos introducir nuestra mirada en la profundidad de la tierra, nos encontraremos con una red de raíces que lo sostienen a la vez que lo nutren y alimentan.
En la comunidad del bosque nada permanece fijo ni aislado, ya que cada habitante tiene su lugar, su propósito y aporta al equilibrio del bosque todo, que es su casa.
Escalando hacia lo profundo despertamos nuestra sensibilidad
Ingresar al bosque implica darle paso a nuestros sentidos para adentrarnos en la naturaleza siendo parte de ella.
Con los ojos vendados, tomados de las manos, confiando en quien nos guiaba exploramos texturas, sonidos y aromas, entrando en contacto con un entorno vivo, como nosotrxs, que late y nos invita a establecer un vínculo estrecho desde la amorosidad de su recepción.
Todo sucede en el “entre” que creamos con lxs otrxs, ya que a partir de los vínculos es que gestamos al mismo tiempo nuestra subjetividad y nuestras condiciones de existencia, en un contexto del que ineludiblemente formamos parte.
Una educación con propósito, ¡Aquí se Construye!
El espacio que visitamos está formado por tres cooperativas que son los pilares que desarrollan, desde el 2014, en forma conjunta y colaborativa la producción agroecológica que nutre a numerosas escuelas de la zona.
La distribución de su producción dentro del proyecto educativo fue llamado Ateneo Rural.
Se trata de un equipo de jóvenes de representación federal comprometidos con el campo que se han formado en cuestiones técnicas, políticas, gremiales, económicas, sociales, culturales y jurídicas para construir una mirada crítica y amplia de su trabajo y de su función comunitaria.
La palabra Ateneo proviene de la diosa griega Atenea, diosa de la sabiduría, y su nombre cobró sentido al considerar a los centros como difusores de la cultura.
El huerto no fue concebido como algo auxiliar al proyecto educativo, ni viceversa. Cada una de las partes tiene su propia realidad y esencia y es en la convivencia donde se generan intereses mutuos.
El proyecto agrícola consta de actividades educativas semanales y se beneficia de la convivencia y de la vida cotidiana, con sus pros y sus contras, como el ruido de los tractores y el movimiento de las camionetas los días de entrega y también el regreso de los “cucos”, que son los halcones que vienen a cazar.
La propuesta se apoya en la idea de que la naturaleza no es una imagen fija, sino una convivencia diaria, con cambios constantes y es todo el ciclo anual de las estaciones y el paso del tiempo lo que genera este valor.
El concepto de cooperativismo dentro del ámbito rural se extiende a todo el ecosistema de entidades, como la Asociación de agricultores, entre otras.
Traducir estas nociones en educación es introducir la dimensión de la libertad con responsabilidad y en mutua colaboración, es el juego libre de lxs niñxs que siguen su propio camino, preservando a la vez el libre juego en la naturaleza.
Las actividades guiadas tienen un peso muy reducido, más ligado a determinadas rutinas, tal como llegar y hacer un círculo al inicio del día.
La pedagogía verde abre la escuela al entorno natural y social ya que es necesario abrir la escuela para que no quede encerrada en sí misma.
Abrir la escuela al entorno significa, en este caso, abrirse a los productores locales y a los agricultores.
Heike Freire nos decía: “Hay pocas escuelas que pueden realizar éstas prácticas, para que lxs niñxs compartan con lxs agricultorxs la experiencia de trabajar la tierra con pasión, cambiando por completo el concepto, que en ocasiones nos transmiten nuestros padres, madres o abuelxs en relación a que trabajar la tierra no tiene valor cuando socialmente se aprecia más ser profesorxs universitarixs, ingenierxs, médicxs o abogadxs. Trabajar la tierra es importante para la biodiversidad, porque nos proporciona alimento. Por eso nos planteamos la necesidad de dignificar esta profesión para que lxs niñxs la vean como una opción digna, especialmente cuando se trabaja en agroecología, respetando la tierra.
(…) Hacemos agricultura ecológica certificada, lo que significa que tenemos una serie de controles para cuidar el ecosistema, el suelo, la biodiversidad, que es nuestro principal recurso.”
Allí lxs iniciadores del proyecto encontraron su lugar y actualmente reciben a niñxs desde su nacimiento hasta los 10 años, y en un futuro cercano se proponen también ampliarlo a lxs adolescentes.
El grupo de bebés va con sus familias y éstas prestan su atención tanto a lxs niñxs como a su núcleo. Es un momento en el que pueden hablar y compartir cómo están viviendo la maternidad y la paternidad.
Van un día a la semana y empieza a haber una separación. Los padres y las madres también necesitan un espacio propio, además del espacio en el que juegan lxs niñxs. Luego está el grupo de seis a diez años que también trabaja apartadx de las familias.
Además en el bosque tienen un proyecto itinerante de apicultura en el que desarrollan actividades con las abejas, y las familias se mantienen disponibles mientras lxs niñxs están con sus compañerxs.
En una de las actividades cada niñx elige un animal o una planta que le guste o que les sea especialmente significativa.
Ellxs se presentan como ese animal o planta y dicen quiénes son y qué necesitan y buscan relaciones con otros animales y plantas a través de la red. Por ejemplo: “Soy una cabra y necesito a la nube porque cuando llueve me da agua”.
Entonces trabajamos en las relaciones ecológicas y creamos la red.
Luego vemos qué sucede en esa red cuando falta la nube. ¿Qué pasa en la red cuando la cabra no está? ¿Qué pasa cuando no están el gusano, la hormiga, etc.?
El trabajo del biocentrismo con lxs niñxs se basa en este amor a la vida. Entonces, desde esta empatía natural, es desde donde pueden acompañar a lxs niñxs a desarrollar la conciencia biocéntrica, en la que el centro no está en ninguna parte. No hay centro, el centro es todo, es la biodiversidad de la que somos parte y lo único importante es cómo aportamos.
Luego, a lo largo de 5 días, visitamos la UVIC – Universidad Central de Cataluña – que considera que la formación docente es crucial para el éxito de los sistemas educativos y 5 escuelas catalanas, diversas, singulares y abiertas a la experimentación:
– Escuela Verde (escuela pública)
– Escuela Bressol Municipal de Vic. (Inicial y primaria) Barcelona.
– Escuela Anglesola (Escuela de gestión pública, inclusiva y laica).
– Escuela conciente Terra (Escuela inicial privada y homologada, sustentada por un sistema de apoyos, donaciones y becas que van directamente a las familias).
– Colegio El Martinet (Escuela Instituto) Una estructura humana en funcionamiento.
Todas ellas son públicas, menos la escuela Terra, pero que adhiere a los mismos lineamientos que las demás, que conforman el 18 % de las escuelas españolas que trabajan por la difusión de una visión pedagógica.
Cada una de ellas tiene su impronta, sus aciertos y errores, su historia, su trayectoria, una cantidad determinada de alumnxs y se encuentran en zonas diferentes, pero todas ponen el acento en la centralidad de lxs niñxs y en la defensa de sus derechos.
Todas ellas piensan desde una perspectiva social en relación a la comunidad a la que pertenecen y ofrecen a lxs estudiantes un apoyo personalizado, cuidando la coherencia y la calidad del proyecto educativo.
Apuntan a que los niños y las niñas sean lxs auténticxs protagonistas de su proceso de aprendizaje, construyendo conocimiento, en un contexto sociocultural cada vez más amplio y diverso.
Se nutren de una diversidad de líneas pedagógicas tal como la desarrollada por María Montessori, Bernard Aucouturier, Loris Malaguzzi, Arno Stern, Howard Gardner, Herbert Hagstedt y Dylan William, entre otrxs, a partir de las cuales elaboran la propia.
Bibliografía
Deleuze, Gilles y Guattari, Félix (2000) “La infancia en el devenir-otro”, en Diferencia y negación en la poesía de Fernando Pessoa. Editorial Relume Dumara. Rio de Janeiro, Brasil
Freire, Heike (2011) Educar en verde. Ideas para acercar a niños y niñas a la naturaleza. Graó. Barcelona España
Lodi, Mario (1982) Cuando los niños hacen la Escuela. Barcelona. Editorial
Laia. España.
Lodi, Mario (1996) El maestro. Florencia. Editorial Giunti. Italia
Malaguzzi, Loris (2005) Los cien lenguajes de la Infancia. Granada. Ediciones
Magina. Italia.
Malaguzzi, Loris (2001) Educación Infantil en Reggio Emilia. Barcelona. Editorial Octaedro. España.
Munari, Bruno (1992) El ojo y el arte – Editorial Ghisetti y Corvi, Milán, Italia.
Munari, Bruno (1966) – El arte como oficio- No debe existir un arte separado de la vida. Editorial GG – Barcelona España.
Maestra, Psicoanalista especializada en Clínica con niñxs, Psicodramatista,
Capacitadora docente,
Miembro del Forum Infancias, autora de los libros «¿Las emociones se educan?» e «Interrogando a la educación emocional» publicados por Lugar Editorial
Más artículos de la edición Marzo 2025
