Algunas notas sobre los riesgos en la infancia y las redes sociales virtuales
No es novedad. Los espacios de subjetivación contemporáneos exceden los ámbitos familiares. La construcción de la subjetividad actual, intrínsecamente atravesada por los soportes digitales y los dispositivos técnicos que existen, se moldea entre las lógicas mercantilistas que las plataformas proponen y el uso y la apropiación singular que cada quien realiza en cada contexto. Así, es que se ponen en juego los procesos de producción simbólica que permiten que los/as sujetos sean capaces de interpretar y de otorgar sentido, tanto a los objetos como a las interacciones que realizan “con y a través de” ellos, de acuerdo o conforme con cada realidad psíquica. Ese enlace entre lo histórico- social, lo intersubjetivo y lo singular permite pensar en el despliegue y en el movimiento de las problemáticas contemporáneas.
Se puede pensar en una relación dialéctica, de reciprocidad y recursividad (Morin, 2009) que inaugura modos de intercambios novedosos en las infancias y adolescencias, donde las experiencias que se despliegan de la mano de las tecnologías digitales, van desglosando no solo conflictos inéditos, que dejaremos para otra oportunidad, sino también problemáticas muy preocupantes. Con el cuidado que ello implica , y aún haciendo una generalización, pensaremos qué sucede en las maneras de relación entre chicos/as, cuando los modos circulantes que se acrecientan se codean con la degradación de los lazos. De ellas nos ocuparemos en estas líneas.
- – “Riesgo es lo que viene de afuera”, “cuando alguien te habla en Roblox y estás jugando, y te preguntan para saber tu dirección porque te puede robar”, “te pueden hackear, saber dónde queda tu casa y secuestrar” (alumnos/as de 5 y 6to grado)
- – “En el grupo de whatsapp del grado pasan cosas terribles. Nunca vi este nivel de cosas. Todavía no hace un año que estoy en esta escuela y ya me quiero ir. Se me cae el pelo, no puedo dormir. Como nunca vi ésto. Se dicen cosas crueles. “Voy a coger a tu mamá en cuatro patas”. “Que le agarre un cáncer a tu mamá y se muera”, comenta la directora.
- – “ Armaron un sticker, que hicieron circular con la foto de una de las chicas del grado y su hermano enfermo y le pusieron “se tienen que morir”, relata una docente de 7mo grado.
- – “Cuando le decís a alguien algo a través de una red social, podés usar otro perfil. Pero también pasa, que físicamente no te van a a hacer nada “(alumno de 6to grado)
- – “El instagram de la escuela arde. Se bardean, hay escrachos. Todos dicen lo que se les ocurre porque nadie da la cara. Pero a veces cuando venís acá se arma quilombo. Algunos no les da la cara. Te dicen “negra de mierda” y después nada”. (alumna de 7 mo grado)
- – “Riesgo es lo que viene de afuera”, “cuando alguien te habla en Roblox y estás jugando, y te preguntan para saber tu dirección porque te puede robar”, “te pueden hackear, saber dónde queda tu casa y secuestrar” (alumnos/as de 5 y 6to grado)
Los riesgos: la degradación de los lazos
La virtualidad implica referirnos a una modalidad heterogénea y simultánea de entrecruzamientos espacio-temporales, que configura formas de existencias actuales y que se nutre de atributos diversos, relativos a la cultura digital. Las redes sociales digitales arman un espacio-tiempo de continuidad y contigüidad, donde lo que sucede en/durante/a través es susceptible de ser desplazado, reemplazado en una escala piramidal. La circulación de lo que ocurre ahí, como “trasnparentización de la vida” promueve el estar sin estar y sin implicación. Parece ser que, de ello están impregnados chicos y chicas: de predominio de la extimidad (Sibilia, 2013) y de procesos perceptivos como funcionamiento hegemónico, en desmedro de procesos de interioridad, reflexivos que permitan mediar, hacer pausa, organizar el pensamiento y armar límites internos. Lo que prima es la transposición de riesgo en seguridad; de otros/as en no-otros/as; de sujeto ético en anonimato.
Interesante retomar lo que A. Valle (Valle, 2022) presenta como distinción entre mediar y mediatizar vinculado con los dispositivos. Refiere a que es posible que estas acciones “se distingan por sus efectos: la mediatización primordialmente separa (nos separa de nuestras potencias); la mediación enlaza. Las mediaciones pueden alimentarnos, acrecentarnos” (op.55). En sintonía con ello y con lo que venimos planteando, decimos que en los modos de apropiación y en las maneras de habitar la red virtual, encontramos una tendencia de subjetividades con pérdida de sensibilidad, de con-tacto y de reconocimiento de los otros/as. El riesgo sería una vida empobrecida, que diluye la posibilidad de experiencias y de resonancia afectiva.
Rescato estas palabras de Bifo: “La relación entre los seres humanos se ha vuelto una relación sin cortesía, sin este tipo de sabiduría especial que es el desciframiento de la ambigüedad en condiciones de empatía.” (Fernandez Savater, 2024 op: 190).
Señales de riesgos
Señales para comprender. Señales para intervenir. Señales para prestar atención.
Retomo a S. Bleichmar (Bleichmar, 2010), con tanta presencia: “..Aún cuando conectemos a un niño o a un joven a miles de canales simultáneos de información que le permitan acceder a una información insospechada hasta hace algunos años, lo esencial desde el punto de vista que nos ocupa, es que seguirá guiando su búsqueda por preocupaciones singualares que no son reductibles a la información obtenida, y que procesará ésta bajo los modos particulares que su subjetividad imponga. (op:30)
Entonces, cabe preguntarnos: ¿cómo generar condiciones de cuidado, pedagógicas, socio-culturales que se desmarquen de lo normativo y permitan gestar otros modos relacionales más apacibles y menos crueles?. ¿Hacia dónde van nuestras intervenciones?
Me inclino por poner atención en algunas de estas cuestiones, que perfilan ciertos riesgos para la construcción de las subjetividades en las infancias:
– que los/as chicos y chicas se impregnen de un funcionamiento en “piloto automático”. Con ello quiero decir que no aprendan a escuchar, sino que calculen, prejuzguen y presupongan. Que queden capturados por las lógicas de la eficacia y denosten los procesos. Que queden atrapados en el círculo de lo mismo, dedo scrolleante interminable
– que las infancias registren solo el “ya”. Que vivan una temporalidad de la actualidad, que devora las posibilidades de estar, ahí, acá, presente. Y que ello, vaya en detrimento de la implicación subjetiva
– que la construcción de la idea de semejante se funde en el utilitarismo, en lo instrumental y no en la composición vital del sujeto ético
–que la saturación de imágenes empobrezca la capacidad para imaginar
-que aparezcan in creyendo modos de circulación del afecto caracterizados por excesos de descarga, como desinvestidura del proceso de pensamiento
¿Por dónde ir?
Tendremos que armar junto con chicos y chicas, y en cada espacio de encuentro pasadizos para construir resistencias ante situaciones no pensadas, nuevas, con otras materialidades y legalidades. ¿Podremos? trabajar en:
– Conjugar lo íntimo, lo colectivo y lo social
-Buscar las maneras de que la conexión no nos interrumpa (o, al menos, que no nos interrumpa tanto).
-Estimular la conexión como una elección y no como un imperativo.
-Y si resulta que la conexión es un imperativo de época, que podamos, entonces, encontrar la coexistencia con otras lógicas de relación.
-Proponer hacer pausa ante los automatismos.
-Inventar palabras que acompañen la pregnancia de imágenes.
-Y que las palabras sean amorosas y menos hostiles.
-Pensar más en los modos de relación antes que en “conductas tipificadas online”, que resultan estar en consonancia con la lógica clasificatoria imperante, que están al servicio del dar recomendaciones, elaborar guías y “tips” para “saber qué hacer”.
-Considerar que, quizás, los adultos/as estamos pidiendo que se anticipen para “hacer un buen uso”, para “saber cuidarse en el manejo online”. ¿Será que nos estamos apresurando? Despistando que son otros los tiempos, que hay un psiquismo en construcción.
-Insistentemente, hacer lo posible para que la sensibilidad no se diluya.
Magister en Psicología Educacional (UBA). Lic. en Psicología. Psicopedagoga.
Hospital Nacional Prof. A. Posadas, Servicio de Neurología Infantil, Centro de Aprendizaje / Defensoría del Pueblo de CABA, Talleres Conectate Seguro del Centro de Protección de Datos Personales
Bibliografía
- Bleichmar S (2010) El desmantelamiento de la subjetividad. Estallido del Yo.Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina: Topía Editorial
- Fernández Savater, A. (2024).Capitalismo Libidinal. España: NED Ediciones.
- Green, A. y Urribarri, F. (2015). Del pensamiento clínico al pensamiento contemporáneo. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina: Amorrortu.
- Morin, E. (1990). Introducción al pensamiento complejo. Barcelona, España: Gedisa.
- Sibilia P. (2013). La intimidad como espectáculo. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina: Fondo de Cultura Económica.
- Tsipkis F. (2019) Pensamientos en red en Revista Actualidad Psicológica, Redes y Tecnología, N.º 485.
- Valle A. (2022) Jamás tan cerca. La humanidad que armamos con las pantallas. Buenos Aires: Editorial Paidós.