La importancia de la justicia como acto reparatorio.

Acompañar sin Intimidar, Estar sin presionar, Escuchar sin preguntar”

M. es una niña que atiendo desde el 2019, la conocí con apenas 8 años. Llego al Servicio de Banfield donde me desempeño como psicoanalista de niñxs, luego que su mamá realizo la denuncia por ASI al progenitor de la misma.

Poco a poco fuimos construyendo un espacio de trabajo entre susurradores, angustias, llantos, dibujos, llamadas virtuales, barbijos y nuevos encuentros presenciales…

Este año por cuestiones administrativas del servicio teníamos que ir dando un cierre a ese espacio que hacía algunos años habíamos comenzado a habitar.

Situación que si bien entendía no le gusto para nada escuchar y rápidamente lo puso de manifiesto entre palabras, enojos y angustias que traen los cierres forzados.

Seguimos trabajando, pensando no solo sobre este miedo que se le presentaba, sino además, construyendo su mundo adolescente, en donde se encuentra muy entusiasmada y curiosa de transitar. Llena de desafíos, nuevas diversiones, nuevos grupos de amigos y muchos sentimientos…

Hasta que llega una nueva citación del juzgado y otra vez aparece aquella niña aterrorizada, angustiada y enojada que conocí hace ya 4 años.

En esta oportunidad la citación es para que ella hable directamente con el Juez. Amparada bajo el art.12 “de ser oída” gracias ya a sus 13 años.

niña en una sesión de psicología

 

Esas sesiones previas se tiñeron de mucha incertidumbre, angustia, fantasías terroríficas. Porque como bien lo recordó M,  ya había tenido una experiencia hace muchos años con una psicóloga del juzgado que no la trato bien, entonces, ¿por qué iba a suceder algo diferente ahora?. Pregunta atinada e inteligente, porque si hay algo que aprendo con las infancias es la claridad con la que leen y perciben la realidad. 

Nuevamente apostamos a pensar para que el miedo no sea el protagonista y entre fantasías tramar ese nuevo encuentro.

El 2 de junio llega al servicio, mas temprano de lo habitual, con su uniforme del colegio y entre risas se sienta frente mio.

“Fui al juzgado” me dice, con un tono alegre, hable con el juez, me dijo que “ya esta”, que va a cerrar el caso y se va a cumplir lo que yo quiero de no ver mas a E (su progenitor, que hacia tiempo llamaba por su nombre) y que no me va a hacer mas preguntas para que no me vaya triste, porque el informe de mi abogado (abogado del niñx) fue muy claro. “SE TERMINO”, “ESTOY FELIZ”.

Yo que estaba escuchando atentamente, conteniendo la emoción le dije “YO TAMBIÉN”, sin pensar si era una intervención atinada.

Y ahí tranquila y con la mirada liviana cuenta lo que había pensado, sobre aquello que hacia unos meses le había propuesto, que ahora si puede dejar de venir. ¿A vos que te parece? Me pregunta, buscando una complicidad, quizá la misma que encontró ante el fallo judicial. Las próximas semanas sigo viniendo así te cuento como me voy sintiendo…le propongo que escriba si tiene ganas.

Nuestro próximo encuentro sabíamos que estaba teñido de despedida…no quise escribir sobre el juzgado, te hice una carta, me la da, la leo ahora le pregunto y ella asiente con la cabeza.

nena escribiendo una carta

 

Comienzo a leer sabiendo que la emoción de las palabras de esta ahora paciente adolescente me iba a jugar una “mala” pasada. Ella se emocionaba al escuchar algunos fragmentos, mi voz se iba entrecortando a medida que avanzaba y me sorprendían la claridad de sus palabras. 

Mezcla de tristeza y emoción…porque lxs anatistas también sentimos y los ponemos en juego, y como decía Ulloa sobre la abstinencia: “El analista debe abstenerse de dirigir la cura en función de un ideal, pero no puede ser neutral. Esto implica que no se puede no asumir una posición frente a determinar quien generó el sufrimiento, como nombrar lo que le hicieron al niñx, quién es el responsable, sobre todo cuando un analista elabora un informe del que va a depender que se lo pueda proteger. Se trata de una preocupación básicamente ética. Lo fundamental es creerle cuando están las evidencias y alojarlo en un ámbito de confianza sobre lo que expresa acerca de su padecimiento. Sin esto no hay tratamiento posible. Se trata del compromiso e implicación del terapeuta.” 

Eligió despedirse con una carta, “Querida Vanesa”…marcando en ese papel de su puño y letra todo lo que significo este espacio, nombrando al consultorio como uno de sus primeros lugares seguros, donde se sintió querida y cuidada. Plasmó ahí todas las emociones y progresos…”No estoy triste por dejar este espacio, me siento feliz debido a que siento que este capitulo ya acabó, ya terminó y aunque no sea el punto final de mi historia , es el punto final de la raíz de mis tristezas”.

Pienso la importancia de la justicia como acto reparatorio fundante y necesario, donde se habilite la escucha sin cuestionamientos ni revictimizaciones, que opera como un nuevo acto psíquico que habilita y posibilita a que algo nuevo comience, crezca, florezca…mas allá de ese pasado que sucedió agujereando el psiquismo,  y que no debería ser condicionante como destino.

Es nuestro desafío como profesionales de todos los ámbitos que trabajamos con infancias transitar estos caminos o abrirlos de ser necesario y ahí tendremos que apelar a nuestra capacidad creativa para buscar las herramientas necesarias.

Autoras del artículo: Vanesa Mureika

Licenciada en Psicología, egresada de la UBA. Psicoanalisita. Realizo la Especialización en Psicoanálisis con niños y Adolescentes en UCES, a cargo de la Lic. Beatriz Janin. Miembro de la Asociación Civil Forum Infancias, Comisión Primera Infancia. Desde el año 2013 trabaja en el sector público, Servicio Local de Niñas, Niños y Adolescentes, del Municipio de Lomas de Zamora, en el equipo técnico, dentro del marco de la ley 13.298 Promoción y Protección Integral de los Derechos de niñas, niños y adolescentes. Luego, comenzó a desarrollarse como profesional en la Secretaría de Salud Mental de Lomas de Zamora. Allí es donde, junto a otras colegas, ha armado el Dispositivo de Abuso, para el acompañamiento y asesoramiento a familiares y víctimas. En simultáneo, trabaja de manera privada en un consultorio de zona sur.

Bibliografía

Toporosi, S. En Carne Viva. Abuso Sexual Infantojuvenil. Editorial Topia 2018.

Convención sobre los Derechos del Niño. UNICEF Comité Español 2006.