Mucho más que un punto
El siguiente escrito tiene como fin ofrecer un recurso tanto a las prácticas escolares como al trabajo en la clínica con niños y adolescentes.
La cita que titula el inicio del trabajo es una síntesis muy significativa que da cuenta de mi gusto por el libro “El punto” de Peter H. Reynolds – Ed. Del nuevo extremo. – , con el que trabajo hace ya más de 10 años tanto en consultorio como en escuelas.
El cuento invita a los niños y no tan niños a encontrar su propia marca y crear a partir de ella. Se trata de una historia en la que se busca profundizar en el proceso artístico, las ideas, la originalidad, la expresión, la creatividad, la valentía, y la necesidad de difundir la experiencia artística.
El punto es un comienzo que, como a Vashti (protagonista de la historia), impulsa a docentes y alumnos a encontrar sus propios modos de avanzar, aprender y crear.
La historia nos cuenta sobre una pequeña niña que (al igual que muchos de nuestros alumnos y pacientes), parecería estar posicionada desde un lugar en el que disfrutar, crear, reflexionar, preguntar, inquietarse, equivocarse no están permitidos y tal vez cree que todo hay que hacerlo rápido y bien. Pero la actitud abierta y flexible de la maestra de arte que en todo momento la alienta, le da confianza, le permite crear y ser autónoma, favorece la autoría de pensamiento. Es en el intercambio entre la docente y la niña donde radica la riqueza del cuento.
A lo largo de mi experiencia, me encuentro muchas veces con niños que presentan dificultades similares a las de Vashti en el sentido de no poder sentirse autores de sus producciones, un texto, una historia, un dibujo, un ejercicio de matemática etc.
Niños que no creen que su capacidad de pensar pueda producir un efecto y que, cuando se encuentran frente a un resultado satisfactorio dicen que fue de “casualidad”.
La profesora de arte centra la mirada en el cuadro de situación en el que Vashti está involucrada. Desde esa postura considera al cuerpo como un todo que participa de una situación y no se centra en la actividad mental.
El cuerpo no es su anatomía ni su psicología. El cuerpo es el entrecruzamiento de un organismo, a partir de la inteligencia y el deseo, de intersubjetividad, lo que nos funda humanos”
(Fernández, 2000)
El modo de aprender y, en definitiva, el modo de estar en la escuela, no son producto de las particularidades del organismo sino de varios factores que inciden en las experiencias educativas. Las posibilidades de aprendizaje son una propiedad de todas aquellas situaciones de interacción donde el sujeto está implicado con su singularidad y donde la naturaleza de dichas situaciones con sus características específicas adquiere sentido y efecto para dicho sujeto. De esta manera, los vínculos intersubjetivos, los instrumentos de mediación implicados en la experiencia y la acción del alumno sobre ellos, pueden constituirse en una unidad de análisis de especial relevancia para la reflexión e intervención al interior de las prácticas educativas. (Baquero, 2007). Ello es posible si se incorpora la indagación y el cuestionamiento sobre el espacio escolar como espacio natural y neutral y se da lugar a la posibilidad de modificar sus dinámicas y estructuras. Si la problematización del ideal escolar no acontece, probablemente se pondrán en marcha criterios para juzgar, medir, evaluar, comparar a los alumnos y decidir diferentes intervenciones pedagógicas.
En la historia seleccionada, la intervención de la maestra de Vashti se inscribe en la línea del reconocimiento de la autoría. Este concepto es abordado por A. Fernández (2000) quien lo define: “como el proceso y el acto de producción de sentidos y el reconocimiento de sí mismo como protagonista o partícipe de tal producción”.
La docente hace que la niña se reconozca autora de su sentir y pensar. La autoría de pensamiento es imprescindible para lograr la autonomía (Vashti comenzó a desplegar su autonomía por la confianza otorgada y las posibilidades que su docente vio en ella).
Cornu (2006) analiza el lugar, las razones y las consecuencias de la confianza en las relaciones pedagógicas y la considera un factor constitutivo de dichas relaciones. La autora considera que la confianza es una hipótesis sobre la conducta futura del otro, una apuesta que consiste en no inquietarse por el no control del alumno y de su tiempo.
Desde su nacimiento, el ser humano depende del cuidado de otros, el niño tiene la posibilidad de sobrevivir a través de la confianza en el otro y es el camino para humanizarse.
El ser humano nace en una incertidumbre que lo vuelve necesariamente “relativo” a las palabras que lo reciben y a las relaciones que preparan el futuro de sus relaciones”.
(Cornu, 2006)
Hay una relación, entonces, que es decisiva pero totalmente asimétrica. El niño, teniendo esta confianza, queda librado al poder del otro, pero, en contraparte, el deber del adulto es no reducirlo a esta impotencia de estar librado al poder del otro a través de la renuncia progresiva a dicho poder.
La clase de arte es un ejemplo muy enriquecedor de una experiencia de confianza de la docente en Vashti y de ella hacia un compañero, como factor que potencia el proceso de aprendizaje dando lugar al despliegue de la singularidad.
Para finalizar, tomo las palabras de Skliar (2006) que, sintetizan de manera admirable las reflexiones que he intentado desplegar en este escrito:
Tal vez toda posibilidad y toda intensidad de cambio en las relaciones pedagógicas de amorosidad pueda depender, también, de ese acto sincero y honesto que consiste en comenzar a acallar nuestras preguntas sobre el otro y comenzar a percibir las preguntas (que son) del otro”.
C. Skliar (2006)
Autora del artículo: Lic. Laura Maurig
Maestra especializada en Educación Primaria (ISFD N°45 – Haedo).
Psicopedagoga (Instituto Sagrado Corazón – Caballito).
Lic. en Gestión Educativa (Universidad de Morón).
Posgraduada en Psicología Cognitiva y Aprendizaje (FLACSO).
Posgraduada en “Despatologizando Diferencias: en la Clínica y las Aulas” (FLACSO Virtual).
Posgraduada en “Pedagogías de las Diferencias” (FLACSO Virtual).
Diplomada en Educación Sexual Integral (UNSAM)
Miembro de la Comisión de Educación de la Asociación Civil FORUM INFANCIAS.
Autora de diversos artículos: “Docentes frente a la cuarentena” ; “Docentes 24 x 7 = Derechos perdidos” en Iwan, M. (comp.), Conflictos y vulneración de Derechos en el escenario escolar. Acciones de prevención, Ricardo Vergara Ediciones;
“Con T de Tequiero” en Iwan, M. (dir) La escuela no puede sola. El trabajo intersectorial como sostén, Ricardo Vergara Ediciones.
Experiencias de aprendizaje subjetivante. Cuando las miradas reparan. Maurig, L. (comp.), Ricardo Vergara Ediciones.
Bibliografía
Baquero, R. (2007). Sujetos y Aprendizaje. Serie de materiales para el proyecto Hemisférico “Elaboración de políticas para la prevención del fracaso escolar”. Ministerio de Educación, Buenos Aires.
Cornu, L. (2006). Moverse en las preguntas. En Educar: figuras y efectos del amor”. G. Frigerio y G. Diker (Comps). Serie Seminarios del CEM. Buenos Aires: Del estante editorial.
Fernández, A. (2000). Los idiomas del aprendiente. Análisis de modalidades de enseñanza en familias, escuela y medios. Buenos Aires. Nueva Visión.
Fernández, A. (2000). Poner en juego el saber. Psicopedagogía: propiciando autorías de pensamiento. Buenos Aires. Nueva Visión.
Skliar, C. (2006). Fragmentos de amorosidad y alteridad en educación. XI Seminario Internacional. Educar: figuras y efectos del amor. Buenos Aires: CEM
Reynolds, P. (2003). El punto. Buenos Aires. Del nuevo extremo.
Abajo podés ver el cuento “El punto” de Peter H. Reynolds, narrado en formato de video.